miércoles, 15 de mayo de 2013

Parkinson


Parkinson

La enfermedad de parkinson (EP) que desgraciadamente a día de hoy es algo muy cotidiano, pues la escuchamos casi diario, se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los neurólogos.

Pero, ¿Qué es y a quién afecta?
La EP, llamada así por el primer medico que la describió, James Parkinson, es un proceso crónico y progresivo, provocado por la degeneración neuronal en la sustancia negra, lo que conlleva una disminución de los neurotransmisores dopaminergicos que transportan la Dopamina.

Su origen es desconocido aunque se apunta a varios frentes multifactoriales, por ejemplo, factores genéticos, ambientales, radiales libres, envejecimiento o traumatismos continuados.
No tiene ningún patrón, pues tiene la misma incidencia en ambos sexos y en cualquiera raza.
En España, se calcula que existen cerca de 200.000 casos y la edad media de inicio se sitúa entorno a los 55 años, aunque existen formas tempranas de la enfermedad (5-10% en pacientes de menos de 40 años).
Aunque no existe una prueba exacta y fiable para diagnosticar un caso de parkinsonismo, los especialistas se apoyan firmemente en la observación de sus cuatro principales rasgos, que son:
tipica marcha parkinsoniana


  • Bradicinesia.
  • Temblor en reposo (no confundir con temblor esencial).
  • Inestabilidad postural.
  • Rigidez.
  • Otros serían marcha parkinsoniana (deambulación con pasos cortos, encogido y con bloqueos), depresión, trastornos del sueño, disfagia (80%), demencias y muchos más que pueden o no darse.

Sin querer llegar a entrar en términos médicos, neurológicos y farmacológicos muy complicados, diremos que aunque no tiene cura, en la actualidad es posible paliar en gran medida sus síntomas, para poder ayudar  a la persona a mantener su independencia y autonomía el mayor tiempo posible, aunque cada caso será estudiado de forma individual. El principal tratamiento es la “sustitución” de la dopamina natural por Levodopa en sus primeros estadios  y por agonistas dopaminergicos complementando a la anterior, en estadios posteriores.
Aunque es el tratamiento predominante, tiene sus efectos negativos, como por ejemplo fluctuaciones motoras, presentadas por más del 50% de los enfermos tras una media de 5 años de tratamiento.
Existen otros tratamientos alternativos, como son el tratamiento quirúrgico, reservado para pacientes menores de 50 años o para personas con síntomas “ON-OFF” muy fuertes.
Por último destacaremos  los puntos clave de la enfermedad:


  • La EP es un proceso degenerativo y progresivo del SNC (sistema nervioso central), cuya media de edad está entre los 50 y los 80 años.
  • Tiene un comienzo insidioso y sus características son: temblor, bradicinesia, rigidez e inestabilidad postural, entre otros.
  • El diagnóstico es clínico (existencia de al menos dos de los cuatros síntomas del síndrome parkinsoniano y ausencia de datos incompatibles con su diagnóstico) y las pruebas complementarias  (TAC, PET, SPECT…) estarían indicadas solo para descartar parkinsonismos secundarios o complicaciones en la enfermedad.
  • El tratamiento  farmacológico debe realizarse de forma individualizada  y su objetivo será mantener la autonomía e independencia del paciente el mayor tiempo posible.
  • El tratamiento no farmacológico se enfocará a mejorar la situación física y psíquica del paciente y su familia, según el estadio evolutivo de la enfermedad.
  • De los fármacos disponibles, la levodopa sigue siendo el fármaco de elección, aunque debido a los efectos que provoca su uso a largo plazo, es necesario evaluar, teniendo en cuenta la edad del paciente, la posibilidad de  comenzar con otros grupos farmacológicos o añadirlos a lo largo de la evolución.
  • Tras 5 años de tratamiento con levodopa, el 59% de los pacientes presenta fluctuaciones motoras y el 41% discinesias.
  • Así mismo, durante la evolución, es frecuente la aparición de disautonomias y trastornos neuropsiquiátricos que pueden ser intrínsecos de la propia EP o como efectos secundarios del tratamiento, son los llamados trastornos del control de los impulsos (TCI).

No hay comentarios:

Publicar un comentario